Los científicos creen que con una sistemática aplicación se reduciría sustancialmente el número de mosquitos. Actualmente lo comercializan dos laboratorios.
El director del Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola del INTA Cautelar, Roberto Lecuona, dialogó con LA CAPITAL sobre el importante proyecto de investigación que fue confeccionado en el año 2008 a pedido de las autoridades nacionales.
A través de esa iniciativa se consiguieron las cepas de bacterias necesarias para matar al mosquito Aedes Aegypti, transmisor del virus del dengue. “El proyecto terminó en el año 2008 con una formulación experimental de un bioinsecticida que ataca a las larvas del mosquito”, explicó el científico.
Y dijo que las larvas del mosquito se asientan en aguas estancadas y que al colocar el bioinsecticida líquido sobre la superficie la larva se lo come. “Le produce una parálisis intestinal que en pocas horas hace que deje de comer y en 24 horas se inactiva. Esto lo que hace es cortar el ciclo porque después no nacen las hembras adultas de esa larva que son las vectoras de este tipo de enfermedades”, explicó.
Lecuona recordó que en el año 2009 el producto fue transferido a una empresa privada de Santa Fe y en el 2011 a un laboratorio de Formosa. “Se trata de un producto sensible para la sociedad, y por ende, no hay exclusividad con nadie y toda empresa que quiera fabricarlo lo puede hacer”, indicó.
El titular del instituto remarcó que el proyecto finalizó en el 2008 una vez que se alcanzaron los objetivos fijados y que actualmente no se trabaja en ninguna otra investigación asociada al virus del dengue. “En este momento no trabajamos con el tema mosquitos porque nuestro trabajo terminó cuando transferimos el biolarvicida a dos laboratorios privados”, argumentó.
Diferencias
El doctor Lecuona diferenció su investigación con las prácticas actuales contra el dengue donde se pulverizan parques y paseos públicos. “Lo que se está haciendo es para matar a adultos (el vector propiamente dicho) y nosotros con este biolarvicida impedimos que continúe el ciclo de desarrollo del mosquito. Impedimos el nacimiento del adulto vector”, explicó.
En tanto, consideró oportuno resaltar que ya los mosquitos adultos están generando resistencias en las aplicaciones que se están haciendo y esto no sucede con las larvas que no oponen resistencia al producto que elaboró el laboratorio que dirige.
El investigador también dio a conocer que el uso de este biolarvicida es muy conocido y utilizado en muchas partes del mundo, a diferencia de lo que pasa en la Argentina. Asimismo, entendió que con una sistemática aplicación de estos productos por parte de las autoridades en superficies de agua más la tarea que tiene que hacer cada uno de los ciudadanos en su casa se podría reducir el contagio.
En este caso, hizo hincapié en que si bien no es médico sanitarista “si se hace una buena aplicación al control de larvas es lógico que vas a tener una reducción considerable de adultos. Igual a las plagas no se las combate con una sola herramienta sino que hay que hacer un combate integrado”.
Lecuona indicó que las aplicaciones del producto no tienen contraindicaciones. “Se utilizan productos biológicos que no son contaminantes y por ende no perjudican al hombre ni el medio ambiente. Es una bacteria que ataca directamente a este tipo de mosquitos”, describió.
Por último, comentó que el mosquito Aedes tiene un radio de acción de 30 o 40 metros así que “si hay un mosquito en tu casa se generó en un charco de agua de los alrededores. El mosquito no vuela kilómetros”.